Mientras aún es posible

Dos amigos se encontraron en el pasillo y comenzaron aquella conversación característica de buenos amigos. Después de hablar sobre el tiempo, uno de ellos pregunto:

-¿Y la vida, cómo va? Por lo que veo, siempre corriendo ¿No?
-¡Verdad! Respondió en otro. Y dijo:
-Más que bueno es correr mientras aún es posible correr, ¿No?

El amigo concordó con la afirmación. Es el tipo de constatación obvia que habla más sobre la vida que sobre promesas milagrosas, historias de cinema, sueños de consumo o propagandas de Televisión. Es bueno correr mientras aún es posible correr.

Muchos están sobre camillas en el hospital, sin la posibilidad de seguir con sus vidas rutinarias. Mientras otros tuvieron sus vidas cambiadas por un accidente, traumas, pierdas, teniendo ahora que correr de una forma diferente. Algunos están en el hondo de una habitación oscura gimiendo la angustia y la soledad. Otros ven aproximarse el tiempo del no existir.

Correr mientras aún es posible. Llegará el día en que no será más.

Mismo que sea para resolver un problema; mismo con angustia y dolor. Aún que sea sin alcanzar todos los sueños o mismo sin las sonrisas que desearías tener. Es posible, aún correr. O por lo menos, caminar. En Cristo Jesús, que hizo el imposible en nuestro lugar, tenemos esta oportunidad. Él quiere que aprovechemos nuestro tiempo, de la manera de somos, con lo que tenemos, para que no paremos de correr. Porque con Él, corremos también para alegrías, conquistas y muchas cosas más. Puede significar palabras tiradas al viento. Pero algunas frases traen a su texto el contenido que nos recuerda de lo que realmente torna posible nuestro existir. Pues llegará el día en que no será más posible.

Entretanto, no necesitamos temer. Por la fe, sabemos que después de nuestra corrida aquí, un día correremos en eterna alegría en la vida que no tendrá fin.



Pastor Lucas André Albrecht
Capellán del Campus, Pastor de la Congregación ‘San Pablo’ 
Canoas, Brasil



Traducción:
Rev. Walter T.Ries Jr.
Republica Dominicana

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